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La Cruz de Hierro fue restablecida por decreto real de Guillermo I de Prusia el 19 de julio de 1870, el mismo día en que se declaró la guerra a Francia. Esta condecoración, originalmente instituida por Federico Guillermo III durante las guerras napoleónicas en 1813, fue revivida como símbolo del valor y la fidelidad al deber en el contexto de un nuevo conflicto decisivo para la configuración política de Europa: la Guerra Franco‑Prusiana (1870‑1871).
Esta guerra, desencadenada por disputas diplomáticas en torno al trono español y acentuada por tensiones entre Francia y Prusia, supuso un punto de inflexión histórico. En el campo militar, la superioridad organizativa y logística del ejército prusiano, reforzada por los estados alemanes del norte y del sur, permitió una rápida movilización y una serie de contundentes victorias sobre el ejército francés.
Entre las batallas más significativas destacan:
Spicheren (6 de agosto de 1870): primera gran victoria prusiana en territorio francés, que demostró la eficacia táctica del estado mayor alemán.
Gravelotte‑St. Privat (18 de agosto de 1870): la mayor batalla de la guerra en cuanto a efectivos comprometidos, que consolidó el cerco a Metz.
Sedán (1 de septiembre de 1870): enfrentamiento decisivo en el que el emperador Napoleón III fue capturado, marcando el colapso del Segundo Imperio francés.
Sitio de París (19 de septiembre de 1870 – 28 de enero de 1871): culminación del conflicto con la rendición de la capital francesa, seguida por la proclamación del Imperio Alemán en el Palacio de Versalles el 18 de enero de 1871.
El restablecimiento de la Cruz de Hierro en este contexto no sólo respondió a una necesidad de premiar la bravura en combate, sino que también reforzó el discurso simbólico de la unidad nacional y la hegemonía militar prusiana. Como en su versión original de 1813, se concibió como una distinción sin privilegios nobiliarios, abierta a todas las clases sociales, lo que le confería un carácter profundamente moderno en la cultura de la guerra.
Durante esta fase, la condecoración se otorgó en tres niveles:
Cruz de Hierro 2ª Clase (Eisernes Kreuz II. Klasse): cruz colgada en cinta negra‑blanca.
Cruz de Hierro 1ª Clase (Eisernes Kreuz I. Klasse): cruz sujeta al pecho con pasador.
Gran Cruz de la Cruz de Hierro (Großkreuz): cruz reservada para altos mandos militares, se llevaba al cuello.
Están presentes las letras “W” coronadas (por Wilhelm I) y la fecha “1870” en el anverso, con una cruz de hierro embutida, sobre fondo de corona de laurel.
Los principales fabricantes documentados incluyen:
Johann Wagner & Sohn (Berlín) y Godet..
El único fabricante con marca visible en piezas de 2ª Clase fue Louis Lemcke (LL); otras cruces se produjeron sin marcas específicas.
Las cruces estaban compuestas por un núcleo de hierro forjado y generalmente pavonado, con un marco de plata o estaño; se fijaban con pasador (1ª Clase) o anilla para cinta (2ª Clase).
La Cruz de Hierro se restableció también en 1914 y 1939 con nuevas fechas (“1914”, “1939”) pero mantuvo la estructura básica con algunas modificaciones en el diseño.
Después de 1870, quienes continuaron en servicio para 1895 tenían derecho a una “Jubilee-Spange” (espiga con numeral “25”) que se colocaba sobre la condecoración original.
Varios eminentes comandantes de la victoria fueron reconocidos con la Cruz de Hierro durante la guerra:
Nombre | Clase | |
---|---|---|
August Karl von Goeben | Gran Cruz (1870) | Se le otorgó el 22 de marzo de 1871 por su liderazgo en acciones como Spicheren y Gravelotte. |
Adolf von Deines | Cruz de 2ª Clase | Recibida el 18 de diciembre de 1870; participó en Gravelotte y Amiens. |
Karl Ludwig d’Elsa | Cruz (sin especificar) | Otorgada tras su participación en St. Privat, Beaumont y Sedán. |
Siegfried Karfunkelstein | Cruz de 2ª Clase | Condecorado el 28 de octubre de 1870, falleció en acción dos días después; destacada figura judía en el ejército prusiano. |
Albert von Barnekow | Cruz de 1ª y 2ª Clase | Reconocido tras liderar divisiones en Spicheren, Gravelotte, Amiens y San Quintín. |
Hans von Kirchbach | Cruz de Hierro (1870) | Fue condecorado por su servicio con la artillería sajona durante el conflicto. |
La Cruz de Hierro jugó un rol simbólico decisivo durante la Guerra Franco‑Prusiana, representando la estrategia unificada prusiana que consolidó el poder militar y político en Alemania. Tanto en su forma física y litúrgica como en su difusión entre soldados y oficiales, marcó un precedente perdurable en la historia de las condecoraciones alemanas.
La Cruz de Hierro (Eisernes Kreuz) tiene sus orígenes en la Prusia napoleónica, instituida por Federico Guillermo III el 17 de marzo de 1813, como una condecoración para la valentía en la guerra contra Francia. Su diseño —una cruz pateada con marco de plata— se cargó de simbolismo patriótico. La cruz fue reactivada en momentos cruciales: durante la guerra austro-prusiana (1870), la Primera Guerra Mundial (1914) y de nuevo en la Segunda Guerra Mundial.
El 1 de septiembre de 1939, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión de Polonia, Adolf Hitler decretó la renovación de la Cruz de Hierro como una condecoración nacional (no sólo prusiana). En esta nueva normativa se establecieron tres niveles básicos: Segunda Clase, Primera Clase y el innovador Cruz de Caballero. Esta última se diseñó como una distinción intermedia entre la Cruz de Primera Clase y la Gran Cruz, con propósito de premiar la valentía excepcional o liderazgo destacado.
Fue otorgada a soldados de línea y oficiales subalternos.
Se llevaba en cinta en el uniforme o botón izquierdo.
Durante la guerra se entregaron alrededor de 4,5 millones de EK II.
Aplicable a oficiales, suboficiales y soldados con actos meritorios.
Distinción sin cinta, montada en el uniforme sobre el bolsillo izquierdo.
Se otorgaron cerca de 300 000 medallas de este tipo
Instituida el 1 de septiembre de 1939, dentro de un sistema jerárquico (Cruz, Caballero, Gran Cruz).
Grados sucesivos incorporaron mayor distinción:
Cruz de Caballero (Ritterkreuz)
Cruz de Caballero con Hojas de Roble
… con Hojas de Roble y Espadas
… con Hojas, Espadas y Diamantes
… con Hojas Doradas, Espadas y Diamantes (único galardón de estas características en oro)
Ritterkreuz: más de 7 000 concesiones (7 161 según archivos federales).
Hojas de Roble: 883 concesiones.
Hojas y Espadas: 160.
Hojas, Espadas y Diamantes: 27.
Hojas Doradas, Espadas y Diamantes: concedida solo a Hans‑Ulrich Rudel el 29 de diciembre de 1944.
Las cruces estaban compuestas por tres piezas: núcleo de hierro y marco de plata o metal plateado, unidos por soldadura. El núcleo negro imitaba hierro fundido, en el centro ostentaba la esvástica y en el brazo inferior la fecha 1939, en el anverso en el brazo inferior constaba la fecha 1813.
La fabricación de las distintas clases de la Cruz de Hierro durante la Segunda Guerra Mundial estuvo regulada por dos entidades principales: la Orden Deutsches Reich (OKW/Heeresverwaltung) y la Leistungsgemeinschaft der Deutschen Ordenshersteller (LDO). La LDO agrupaba a los fabricantes autorizados y garantizaba estándares de calidad y uniformidad. Cada fabricante debía marcar sus condecoraciones con un número de código (LDO o PKZ – Präsidialkanzlei), aunque no todas las piezas fueron marcadas.
Steinhauer & Lück (S&L), Lüdenscheid: Uno de los más prolíficos fabricantes, activo antes, durante y después del Tercer Reich. Sus cruces suelen estar marcadas con el número "4" o “L/16”, según la regulación vigente. Se especializaron en piezas de calidad alta, muchas veces destinadas a oficiales.
Friedrich Orth, Wien (Viena): Reconocido por la marca “15”, sus EK I y EK II son apreciadas por coleccionistas por su distintiva construcción y acabados.
Deschler & Sohn, Múnich: Otro fabricante importante, conocido por su código "1", especialmente activo en las primeras fases del conflicto.
C. E. Juncker, Berlín: Fabricante de renombre, especialmente en medallas de la Luftwaffe. Sus condecoraciones llevaban el código "2" o "L/12".
Arbeitsgemeinschaft der Hanseatischen Metallwarenfabriken (AHM): Fabricaban versiones de producción masiva, especialmente para la Cruz de Segunda Clase.
Los códigos de fabricante podían variar entre el sistema LDO (prefijo “L/”) y el sistema PKZ (código numérico simple). Por ejemplo, “L/11” corresponde a Wilhelm Deumer, otro fabricante prolífico de Lüdenscheid.
Muchas EK II no llevaban marca visible, aunque algunos ejemplares sí incluyen marcas ocultas en el anillo de suspensión.
Las Cruces de Caballero sí solían estar marcadas en la anilla o en la cinta, algunas con detalles del fabricante o incluso con el contenido en plata, marcado como “800”.
Debido a la demanda de recuerdos tras el conflicto y al valor en el mercado de coleccionismo, abundan las falsificaciones, muchas provenientes de Europa del Este y el Reino Unido. Los expertos en falerística suelen distinguir las piezas originales por el perfil del marco, la pátina, el peso, el magnetismo del núcleo (de hierro) y el detalle de la soldadura.
Tras la desmilitarización de símbolos nazis, varios fabricantes reanudaron la producción de cruces de hierro con el diseño modificado: sin esvástica y con hojas de roble en el centro. Estas piezas eran autorizadas por el Bundeswehr y podían llevarse como reconocimiento a veteranos. Steinhauer & Lück continuó produciendo estas versiones en gran cantidad, muchas veces utilizando las mismas matrices originales pero adaptadas al nuevo contexto legal.
La Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro fue concedida a militares de todos los rangos, desde simples soldados hasta mariscales de campo, tanto del Heer (ejército de tierra), como de la Luftwaffe (fuerza aérea) y la Kriegsmarine (marina). También fue otorgada a algunos aliados del Eje. Su propósito era no sólo premiar la valentía o liderazgo excepcional, sino también servir como instrumento de propaganda.
Erwin Rommel (1891–1944)
Recibió la Cruz de Caballero el 27 de mayo de 1940, como Generalmajor y comandante de la 7. Panzer-Division durante la campaña en Francia.
Fue promovido posteriormente al grado de Hojas de Roble (1941), Espadas (1942) y Diamantes (1943).
Rommel fue apodado el “Zorro del Desierto” por sus éxitos tácticos en el norte de África. Su figura fue utilizada por el régimen nazi como modelo de liderazgo militar honorable. Su implicación indirecta en el atentado contra Hitler en 1944 lo llevó al suicidio forzado.
Werner Mölders (1913–1941)
Primer piloto en alcanzar 100 victorias aéreas. Recibió la Cruz de Caballero con Hojas, Espadas y Diamantes el 16 de julio de 1941.
Su muerte en accidente aéreo en 1941 lo convirtió en un mártir simbólico de la Luftwaffe. Fue enterrado con honores de estado.
El Jagdgeschwader 51 llevó su nombre durante el resto de la guerra: JG 51 “Mölders”.
Adolf Galland (1912–1996)
As de caza con 104 victorias confirmadas, recibió la Cruz de Caballero con Diamantes en 1941 como General der Jagdflieger.
Famoso por sus disputas con Hermann Göring sobre la conducción de la defensa aérea del Reich.
En la posguerra, Galland colaboró con las fuerzas aliadas y escribió sus memorias.
Hans-Ulrich Rudel (1916–1982)
Piloto de Stuka, realizó más de 2 500 misiones de combate y destruyó más de 500 tanques enemigos.
Fue el único condecorado con la Cruz de Caballero con Hojas Doradas, Espadas y Diamantes, el 29 de diciembre de 1944.
Tras la guerra, mantuvo vínculos con círculos neonazis, lo cual empañó su figura en el contexto de la reconstrucción alemana.
Günther Prien (1908–1941)
Recibió la Cruz de Caballero el 18 de octubre de 1939 como comandante del U-47 por su ataque exitoso contra el acorazado HMS Royal Oak en la base de Scapa Flow.
Su gesta fue una de las primeras grandes victorias navales alemanas de la guerra.
Prien desapareció en acción en marzo de 1941 con toda su tripulación.
Otto Kretschmer (1912–1998)
Comandante del U-99, fue uno de los comandantes de submarino más exitosos del conflicto.
Recibió la Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas en 1941, antes de ser capturado por los británicos.
Tras la guerra, se reincorporó a la Bundesmarine y alcanzó el rango de almirante.
Joachim Peiper (1915–1976)
Recibió la Cruz de Caballero con Hojas de Roble en 1943 como comandante de un batallón de Panzergrenadier.
Fue implicado en la masacre de Malmedy durante la ofensiva de las Ardenas.
Condenado por crímenes de guerra, fue liberado en 1956 y asesinado en Francia en 1976.
Kurt “Panzer” Meyer (1910–1961)
Comandante de la 12. SS-Panzerdivision “Hitlerjugend”, recibió la Cruz de Caballero con Espadas.
También implicado en crímenes de guerra en Normandía, fue condenado y luego liberado.
Michael Wittmann (1914–1944)
Recibió la Cruz de Caballero el 14 de enero de 1944 como SS-Untersturmführer y comandante de un Tiger I.
Célebre por su acción en Villers-Bocage, donde destruyó numerosos vehículos británicos. Posteriormente recibió las Hojas de Roble.
Su figura es ampliamente debatida por historiadores y coleccionistas, tanto por su habilidad táctica como por su pertenencia a las Waffen-SS.
Isoroku Yamamoto (Japón)
Almirante japonés, arquitecto del ataque a Pearl Harbor. Fue condecorado post mortem por el Tercer Reich con la Cruz de Caballero con Espadas, en señal de honor y cooperación militar entre aliados del Eje.
Su avión fue derribado en una operación secreta estadounidense (Operation Vengeance).
En 1957, la República Federal de Alemania permitió el uso de una versión modificada de la Cruz de Hierro, eliminando la esvástica y reemplazándola con una hoja de roble en su centro, en conformidad con las leyes de proscripción de símbolos nazis.
La Cruz de Hierro es un símbolo de continuidad entre la Prusia de Napoleón y la Alemania nazi, adaptada a diferentes contextos bélicos.
Su regreso en 1939 fue acompañado de una cuidadosa jerarquía de grados, diseñada para recompensar desde actos individuales hasta mandos estratégicos.
La Cruz de Caballero, en sus grados más altos, jugó un rol emblemático en la propaganda y cultura militar del Tercer Reich.
La Cruz de Hierro sigue siendo a día de hoy una de las condecoraciones más buscadas por los coleccionistas de militaria, tanto para complementar una colección variada como una específica solo de dicha condecoración.
1. Introducción: El contexto histórico de la Gran Guerra
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) marcó un punto de inflexión en la historia militar de Europa, transformando radicalmente la naturaleza de los conflictos armados y las estructuras sociales de las naciones beligerantes. Alemania, como uno de los principales actores del conflicto, reconfiguró muchos de sus símbolos nacionales y militares, entre ellos, la Cruz de Hierro (Eisernes Kreuz), una de las condecoraciones más emblemáticas de la historia alemana.
2. Reintroducción de la Cruz de Hierro en 1914
La Cruz de Hierro fue creada originalmente por el rey prusiano Federico Guillermo III en 1813, durante las guerras napoleónicas. Posteriormente fue reactivada en 1870 durante la guerra franco-prusiana. En 1914, el Kaiser Guillermo II decidió reintroducirla como distinción militar para reconocer el valor y el liderazgo en el nuevo conflicto mundial. La fecha de su reinstitución, el 5 de agosto de 1914, guarda un simbolismo particular: se realizó exactamente 100 años después de su institución original, reafirmando su carácter nacional prusiano y su legado como símbolo de heroísmo en tiempos de guerra.
El diseño de la cruz de 1914 conservó los elementos básicos originales: forma de cruz patée con bordes de plata y centro de hierro ennegrecido. En el anverso se incorporaron la letra "W" (inicial de Wilhelm II), la corona imperial y la fecha "1914" en el brazo inferior. Su reverso, en versiones de mayor clase, podía incluir la fecha "1813" como homenaje a su institución original.
3. Clases de la Cruz de Hierro en la Gran Guerra
Durante la Primera Guerra Mundial, la Cruz de Hierro se estructuraba en tres clases principales:
Cruz de Hierro de 2.ª Clase (Eisernes Kreuz 2. Klasse, EK II): Era la distinción más común y se otorgaba a soldados de todos los rangos por actos de valor. Se portaba en la solapa mediante una cinta negra con franjas blancas.
Cruz de Hierro de 1.ª Clase (Eisernes Kreuz 1. Klasse, EK I): Se otorgaba a quienes ya poseían la EK II y demostraban un nivel superior de valentía o liderazgo. Era una pieza de mayor tamaño, sin cinta, que se llevaba directamente prendida en el uniforme.
Gran Cruz de la Cruz de Hierro (Große Kreuz des Eisernen Kreuzes): Una versión de gran tamaño, otorgada solo a generales de alto mando por logros excepcionales en campañas militares. Durante la Primera Guerra Mundial, solo el mariscal Paul von Hindenburg la recibió.
Además, existía una cuarta distinción honorífica, la Estrella de la Gran Cruz (Stern zum Großen Kreuz), aunque no fue otorgada durante este período.
4. Fabricantes y variantes
La producción de las Cruces de Hierro durante la Primera Guerra Mundial no fue centralizada en una sola fábrica, sino que se distribuyó entre numerosos fabricantes alemanes, principalmente orfebres y casas de medallas establecidas en ciudades como Berlín, Münich y Hanóver. Entre los fabricantes documentados están Godet, Wagner, Sy & Wagner, y KO (Königliches Münzamt Orden, Berlín), este último uno de los principales proveedores oficiales.
Cada fabricante marcaba discretamente sus iniciales o marcas en la anilla de la cruz, lo cual permite a los coleccionistas actuales identificar su procedencia. Existen múltiples variantes en tamaño, grosor, tipo de borde y calidad de los materiales, ya que algunas versiones eran producidas en hierro y plata, mientras que otras, especialmente en los últimos años de la guerra, usaban materiales más económicos debido a la escasez.
Estas variantes, lejos de ser meramente ornamentales, reflejan la evolución de la guerra y la adaptación del aparato militar a las condiciones económicas y logísticas del Reich.
Conclusión
La Cruz de Hierro de 1914 representa no solo una continuidad simbólica con las guerras del pasado prusiano, sino también una herramienta política y moral para consolidar el espíritu de sacrificio y valor en una Alemania inmersa en un conflicto sin precedentes. Su estudio ofrece valiosa información sobre la cultura militar germánica, los sistemas de recompensa y la producción de condecoraciones en tiempos de guerra.
La Medalla de la Campaña de Ifni, instituida por Decreto 2464/1958, de 12 de diciembre, constituye una de las condecoraciones españolas más emblemáticas vinculadas a los conflictos coloniales del siglo XX. Esta distinción fue creada para reconocer la participación de las Fuerzas Armadas españolas en las operaciones militares desarrolladas en el territorio de Ifni-Sáhara entre 1957 y 1958, durante la conocida "Guerra de Ifni".
Descripción y simbolismo
La Medalla de la Campaña de Ifni tiene forma ovalada y está rematada por una corona imperial. Existen al menos dos variantes principales: la de tropa, fabricada en bronce patinado, y la de oficial, elaborada en metal dorado con esmaltes de colores. En el anverso se representa un jinete sobre un camello, armado con fusil y en actitud de vigilancia, sobre un fondo de desierto con palmeras y cielo azul. Este motivo simboliza la presencia militar española en el ámbito sahariano.
En el reverso se muestra el escudo franquista sostenido por el águila de San Juan, con la leyenda "IFNI - SAHARA" en esmalte azul sobre fondo blanco. La cinta es de rayas verticales en rojo, amarillo y naranja, colores que evocan el desierto y la bandera nacional.
Esta condecoración fue otorgada a militares y personal civil que participaron en las operaciones de defensa y apoyo logístico durante el conflicto. El diseño con esmaltado se reservaba generalmente para oficiales, mientras que la versión en bronce era destinada a la tropa.
Importancia dentro de las condecoraciones españolas
Dentro del conjunto de las condecoraciones españolas, la Medalla de la Campaña de Ifni representa un testimonio histórico de la última fase del colonialismo hispano en África. Su otorgamiento estuvo limitado temporalmente a quienes tomaron parte en ese conflicto específico, lo que la convierte en una condecoración de carácter excepcional y, por ende, de gran interés para investigadores y coleccionistas.
Valor en el coleccionismo militar
Desde la perspectiva del coleccionismo militar, esta medalla es altamente apreciada por su escasez relativa y su carga histórica. Las variantes en el diseño, dependiendo del fabricante y del tipo de esmaltado o montaje, incrementan su valor en el mercado. También es habitual que se busque junto con documentos originales de concesión o diplomas, lo que eleva significativamente su cotización entre aficionados a las condecoraciones españolas.
Numerosos foros y catálogos especializados en coleccionismo militar destacan esta pieza como imprescindible dentro de cualquier colección dedicada a las órdenes y medallas de España del siglo XX. Su estudio permite además reconstruir trayectorias personales de veteranos, muchas veces olvidadas por la historiografía oficial.
Conclusión
La Medalla de la Campaña de Ifni no es solo un objeto de reconocimiento militar, sino un fragmento tangible de la historia contemporánea de España. Dentro del marco de las condecoraciones españolas, se erige como una pieza de especial relevancia, tanto por su contexto de emisión como por su valor en el ámbito del coleccionismo militar. Su análisis invita a reflexionar sobre los vestigios materiales de los conflictos y la manera en que la memoria se preserva a través de los símbolos.
Die Waffen-SS, der militärische Arm der Schutzstaffel (SS), spielte eine zentrale Rolle in der Kriegsmaschinerie des Dritten Reiches. Über ihre militärische Funktion hinaus zeichnete sich die Waffen-SS durch eine sorgfältig gestaltete Uniformikonographie aus, die Macht, Disziplin und Loyalität zum NS-Regime verkörpern sollte. Zu den markantesten Elementen ihrer Bekleidung gehörten die Kopfbedeckungen, die nicht nur praktischen Zwecken dienten, sondern auch als Symbole der Identität und Hierarchie fungierten.
Dieser Artikel untersucht die wichtigsten Kopfbedeckungen, die von den Waffen-SS getragen wurden, unter Analyse ihrer Entwicklung, charakteristischen Merkmale und der damit verbundenen Symbolik. Besondere Aufmerksamkeit gilt der Schirmmütze, der Feldmütze sowie spezifischen Varianten wie dem Fes der 13. Waffen-Gebirgs-Division der SS "Handschar".
Die Kopfbedeckungen der Waffen-SS erfüllten mehrere Funktionen: Schutz vor Witterung, Erkennung von Dienstgrad und Einheit sowie ideologische Repräsentation. Die Standardisierung und das unverwechselbare Design dieser Mützen spiegelten das Bestreben des Regimes wider, ein Bild von Einheit und Überlegenheit zu schaffen.
Die Entwicklung der Kopfbedeckungen wurde durch Faktoren wie Anforderungen des Schlachtfelds, Materialverfügbarkeit und strategische Entscheidungen der SS-Führung beeinflusst. Im Laufe des Krieges wurden verschiedene Varianten eingeführt, um sich an unterschiedliche Einsatzgebiete und Funktionen anzupassen.
Die Schirmmütze wurde hauptsächlich von Offizieren und Unteroffizieren in formellen und dienstlichen Kontexten getragen. Diese Mützen zeichneten sich durch einen steifen Schirm, ein Stirnband und eine erhöhte Krone aus. Zum Design gehörten Abzeichen wie der Hoheitsadler und der Totenkopf – Symbole für Loyalität und Opferbereitschaft.
Generals: Die Mützen der Generäle wiesen hochwertigere Details auf, wie z. B. silberne Paspeln und hochwertigere Materialien, mit einem silbernen Kinnriemen.
Offiziere: Die Mützen der Offiziere wiesen hochwertigere Details auf, wie z. B. weiße Paspeln und hochwertiges Material, und hatten einen silbernen Kinnriemen.
Unteroffiziere und Mannschaften: Diese Mützen waren schlichter, mit weißer Paspel, Lederkinnriemen und weniger teuren Materialien. Sie behielten jedoch die wesentlichen symbolischen Elemente bei.Diese Mützen waren schlichter, mit weißen Kordeln und günstigeren Materialien, enthielten jedoch ebenfalls die symbolischen Abzeichen.
Die Verwendung des Totenkopfs auf den Schirmmützen hatte historische Wurzeln in Elitetruppen und symbolisierte die Bereitschaft zum Tod. Der Hoheitsadler stand für Loyalität gegenüber dem Führer und dem nationalsozialistischen Staat. Diese Mützen wurden bei Zeremonien, Paraden und administrativen Aufgaben getragen.
Die Feldmütze wurde von der Truppe an der Front getragen und war funktional und praktisch gestaltet. Das Modell M40 hatte eine einfache Form mit kurzem Schirm und zwei vorderen Knöpfen. Das später eingeführte Modell M43 verfügte über einen ausgeprägteren Schirm und eine herunterklappbare Ohrenklappe.
Beide Modelle trugen gestickte oder metallene Abzeichen wie den Hoheitsadler und den Totenkopf, jedoch in dezenterer Ausführung als bei der Schirmmütze. Aufgrund ihrer Zweckmäßigkeit war diese Mütze in allen Einheiten der Waffen-SS weit verbreitet.
Zur Anpassung an unterschiedliche Umgebungen wurden Tarnvarianten der Feldmütze mit Mustern wie dem „Platanenmuster“ und dem „Eichenlaubmuster“ entwickelt. Diese Mützen wurden besonders von Fronteinheiten und Spezialtruppen getragen.
Ein weiteres Mützenmodell, das 1934 im deutschen Heer eingeführt wurde, war das Schiffchen. Die Waffen-SS verwendete mehrere Versionen, sowohl in Feldgrau für die Waffen-SS als auch in Schwarz für die Panzertruppen, sowie Truppen- und Offiziersversionen, wobei letztere sich durch silberne Paspeln und gestickte Abzeichen auszeichneten.
Eine bemerkenswerte Kopfbedeckung war der Fes, getragen von der 13. Waffen-Gebirgs-Division der SS „Handschar“, die überwiegend aus bosnisch-muslimischen Freiwilligen bestand. Der Fes, traditionell in der Region verwurzelt, wurde als kulturelles Identitätssymbol übernommen und mit SS-Abzeichen versehen.
Es gab zwei Versionen: einen roten Fes für Zeremonien und einen grauen für den Kampfeinsatz. Beide Versionen trugen Totenkopf und Hoheitsadler. Die Verwendung des Fes spiegelte die Strategie der SS wider, lokale kulturelle Elemente zu integrieren, um die Loyalität ausländischer Freiwilliger zu fördern.
Die Kopfbedeckungen der Waffen-SS dienten nicht nur praktischen Zwecken, sondern auch als Propagandainstrumente. Die verwendeten Symbole stärkten die NS-Ideologie und das Bild der SS als militärische Elite. Standardisierung und unverwechselbares Design trugen zur inneren Kohäsion und zur externen Wahrnehmung von Macht und Disziplin bei.
Las Waffen-SS, brazo militar de las Schutzstaffel (SS), desempeñaron un papel destacado en la maquinaria bélica del Tercer Reich. Más allá de su función militar, las Waffen-SS se distinguieron por una iconografía uniforme cuidadosamente diseñada para proyectar poder, disciplina y lealtad al régimen nazi. Entre los elementos más emblemáticos de su indumentaria se encuentran las prendas de cabeza, que no solo cumplían funciones prácticas, sino que también servían como símbolos de identidad y jerarquía.
Este artículo examina las principales tipologías de gorras utilizadas por las Waffen-SS, analizando su evolución, características distintivas y la simbología asociada. Se presta especial atención a las gorras de plato y de campaña, así como a variantes específicas como el fez utilizado por la 13.ª División de Montaña de las SS "Handschar"
Las prendas de cabeza en las Waffen-SS cumplían múltiples funciones: protección contra las inclemencias del tiempo, identificación de rango y unidad, y proyección de la ideología nazi. La estandarización y el diseño distintivo de estas gorras reflejaban la intención del régimen de crear una imagen de unidad y superioridad.
La evolución de las prendas de cabeza estuvo influenciada por factores como las necesidades del campo de batalla, la disponibilidad de materiales y las decisiones estratégicas del liderazgo de las SS. A lo largo de la guerra, se introdujeron diversas variantes para adaptarse a diferentes entornos y funciones.
Las gorras de plato eran utilizadas principalmente por oficiales y suboficiales en contextos formales y de servicio. Estas gorras se caracterizaban por su visera rígida, banda frontal y corona elevada. El diseño incluía insignias como el águila nacional (Hoheitsabzeichen) y la calavera (Totenkopf), símbolos asociados con la lealtad y la disposición al sacrificio.
Generales: Las gorras de general presentaban detalles de mayor calidad, como ribetes plateados y materiales de mayor calidad, con un barboquejo plateado.
Oficiales: Las gorras de oficial presentaban detalles de mayor calidad, como ribetes blancos y materiales superiores, con un barboquejo plateado.
Suboficiales y Tropa: Estas gorras eran más sencillas, con ribetes blancos, barboquejo de cuero y materiales menos costosos. Sin embargo, mantenían los elementos simbólicos esenciales.
La inclusión de la calavera en las gorras de plato tenía raíces históricas en unidades de élite y simbolizaba la disposición a enfrentar la muerte. El águila nacional representaba la lealtad al Führer y al Estado nazi. Estas gorras eran utilizadas en ceremonias, desfiles y funciones administrativas.
Las gorras de campaña eran utilizadas por la tropa en el frente y estaban diseñadas para ser prácticas y funcionales. El modelo M40 presentaba una forma sencilla con visera corta y dos botones frontales. El modelo M43, introducido posteriormente, tenía una visera más pronunciada y una solapa que podía bajarse para proteger las orejas.militariasf.es+2Wehrmacht.es+2Wehrmacht.es+2
Ambos modelos incluían insignias bordadas o metálicas, como el águila nacional y la calavera, aunque en versiones más discretas que las de las gorras de plato. El uso de estas gorras se generalizó en todas las unidades de las Waffen-SS debido a su practicidad.
Para adaptarse a diferentes entornos, se desarrollaron variantes de las gorras de campaña con patrones de camuflaje, como el "Platanenmuster" y el "Eichenlaubmuster". Estas gorras eran utilizadas especialmente por unidades de combate en el frente oriental y en operaciones especiales.
Otro modelo de gorra introducido en el Ejército Alemán en 1934 fue la Schiffchen, las Waffen SS utilizaron varias versiones, tanto en Feldgrau para las Waffen SS como en negro para las tropas acorazadas, así mismo se fabricaron versiones para tropa, y para oficiales, distinguiéndose estas últimas por incluir un ribete plateado y las insignias bordadas.
Una variante notable de prenda de cabeza fue el fez utilizado por la 13.ª División de Montaña de las SS "Handschar", compuesta principalmente por voluntarios bosnios musulmanes. El fez, tradicional en la región, fue adoptado como símbolo de identidad cultural y adaptado con insignias de las SS.
Se produjeron dos versiones: una de color rojo para uso ceremonial y otra de color gris para uso en combate. Ambas versiones incluían la calavera y el águila nacional. El uso del fez reflejaba la estrategia de las SS de incorporar elementos culturales locales para fomentar la lealtad entre los voluntarios extranjeros.
Las prendas de cabeza de las Waffen-SS no solo cumplían funciones prácticas, sino que también eran herramientas de propaganda. Los símbolos utilizados reforzaban la ideología nazi y la imagen de las SS como una élite militar. La estandarización y el diseño distintivo contribuían a la cohesión interna y a la percepción externa de poder y disciplina.
En nuestra sección gorras de las SS puede encontrar reproducciones de alta calidad de las prendas de cabeza utilizadas por estas unidades de élite.
1. Introducción histórica: la Tercera Guerra Carlista y la batalla de Montejurra
La Tercera Guerra Carlista (1872–1876) constituyó el último gran intento del carlismo por instaurar una monarquía tradicionalista en España. Tras el destronamiento de Isabel II y la proclamación de la Primera República en 1873, el pretendiente carlista Carlos VII movilizó sus partidarios principalmente en Navarra, País Vasco y Cataluña.
El 7 de noviembre de 1873, el ejército liberal, al mando del general Domingo Moriones, intentó tomar Estella, capital simbólica del carlismo. Las fuerzas carlistas, dirigidas por el general Nicolás Ollo, resistieron con éxito durante tres días consecutivos, obligando a los liberales a retirarse. Esta victoria consolidó la posición carlista en la región y fue proclamada como signo de la protección divina sobre su causa.
2. La creación de la Medalla de Montejurra
El mismo 9 de noviembre de 1873, Carlos VII decretó la creación de una medalla para premiar a los combatientes que participaron en la defensa de Montejurra. La condecoración debía otorgarse a generales, oficiales, suboficiales y soldados, como símbolo de gratitud y prueba del mérito militar carlista.
El decreto original señalaba:
“Los Generales, Jefes, Oficiales y clases de tropa del Real Ejército que tomaron parte en la gloriosa batalla de Montejurra los días 7, 8 y 9 de noviembre del presente año, recibirán una medalla conmemorativa, signo de la gratitud del Rey y recuerdo eterno de su valentía”.
3. Descripción física y simbólica de la medalla
La Medalla de Montejurra tiene forma de cruz griega de brazos rectos. En el brazo superior se lee “DIOS”, en el izquierdo “PATRIA” y en el derecho “REY”, la conocida tríada del lema carlista. En el centro, un medallón circular ostenta la inscripción “7.8.9. NOVIEMBRE 1873” rodeada por la leyenda “PATROCINIO DE LA Sma. VIRGEN”.
Los ángulos de la cruz están decorados con flores de lis, emblema asociado a la monarquía legítima. La medalla se remata con una corona real y cuelga de una cinta de color rojo, símbolo de la sangre derramada y del compromiso con la causa carlista.
Este diseño no solo conmemora una acción militar, sino que encapsula la ideología carlista: legitimismo dinástico, fe católica y apego a la tradición hispánica.
4. Producción y variantes
Las medallas fueron fabricadas en bronce y plata, probablemente en talleres de Austria o Francia, donde el carlismo mantenía apoyos y relaciones diplomáticas. Existen variantes en tamaño, calidad de acuñación y tipo de corona, lo que indica diferentes emisiones, posiblemente por la escasez de recursos y la necesidad de distribuir rápidamente las distinciones.
Algunas piezas presentan ligeras diferencias en el trazo de las inscripciones o el modelado de las flores de lis, lo que ha generado interés entre coleccionistas y expertos en falerística.
5. Legado histórico y coleccionismo
Tras la derrota final del carlismo en 1876, la Medalla de Montejurra se convirtió en un emblema nostálgico para los seguidores de la causa tradicionalista. Durante el siglo XX, especialmente en los años 60 y 70, el monte Montejurra fue escenario de peregrinaciones carlistas, reforzando el valor simbólico de la medalla como icono de resistencia.
En el ámbito del coleccionismo, esta medalla es especialmente valorada por su rareza y carga histórica. Su análisis permite entender mejor la identidad carlista y su proyección en el imaginario militar y religioso del siglo XIX español.
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